EL
MUNDO
6 enero
2022
Un
estudio concluye que toser hacia abajo reduce las posibilidades de contagio por
Covid
Los investigadores han descrito la
dispersión de las gotas generadas por la tos de las personas al subir y bajar
las escaleras
Investigadores del Instituto Estadounidense de Física (AIP,
por sus siglas en inglés) han concluido que toser hacia abajo reduce la
propagación de las gotitas respiratorias y, por tanto, disminuye la posibilidad
de contagio de Covid.
Dado que muchas personas hacen vida en lugares interiores
durante los meses de invierno y que las gotas respiratorias contribuyen en gran
medida a la propagación del SARS-CoV-2, la comunidad científica ha renovado su
interés por la dinámica que subyace a su propagación. Modelar este comportamiento
en una variedad de escenarios para partículas que van desde un tamaño inferior
a 1 micrómetro hasta 1.000 micrómetros resulta un reto.
Así, estos investigadores han descrito la dispersión de las
gotas generadas por la tos de las personas al subir y bajar las escaleras. El
investigador Hongping Wang y su equipo muestran
modelos que conducen a la caída de gotas respiratorias desde un maniquí dentro
de un túnel de agua, que se inclinó en diferentes ángulos para imitar a una
persona subiendo y bajando escaleras.
"Se observan dos patrones diferentes de dispersión de
las gotas debido a los distintos flujos de estela", ha señalado Wang.
"Estos resultados sugieren que debemos toser con la cabeza hacia el suelo
para garantizar que la mayoría de las gotas entren en la región de la estela
que se deja al toser", añade.
"Velocimetría de imágenes de
partículas"
El grupo imprimió en 3D maniquíes con resina blanca, cada
uno con un ángulo de inclinación diferente para representar la inclinación
hacia dentro que hacemos de forma natural al subir las escaleras y la
inclinación hacia atrás al bajar.
Tras colocar cada maniquí en el túnel de agua, introdujeron
en él microesferas de vidrio huecas. Al ser iluminadas por láseres, las
microesferas de vidrio permitían visualizar el movimiento del flujo detrás de
los maniquíes. Este campo de flujo, a menudo denominado estela, se estudió
mediante una técnica denominada "velocimetría de
imágenes de partículas".
En las simulaciones por ordenador, las partículas situadas
por debajo de la cabeza y en movimiento hacia el suelo quedaban atrapadas en la
estela de cada maniquí y se desplazaban hacia abajo. Al parecer, las partículas
situadas por encima de la cabeza eran capaces de desplazarse a distancias
relativamente lejanas en sentido horizontal, como si fueran emitidas desde la
parte superior de la cabeza.
En el caso de los maniquíes cuya inclinación reflejaba la
subida de escaleras, las partículas se concentraban por debajo del hombro y se
desplazaban hacia abajo con una distancia de recorrido corta. Para simular la
bajada, las partículas que se dispersaban por encima de la cabeza de la persona
eran transportadas durante una larga distancia.
"El mayor reto es cómo utilizar las partículas en el
agua para simular las gotas en el aire", explica Wang. "Lo más
sorprendente fue que las partículas más altas que la cabeza pueden recorrer una
distancia mucho mayor que las partículas más bajas que la cabeza debido a la
inducción del flujo de estela".
Ahora, Wang quiere estudiar los efectos tridimensionales de
lo que ocurre cuando las personas reales tosen al caminar en condiciones
experimentales.